Parábola del Sembrador (San Lucas 8:4-15)

“El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra y, después de nacer, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, nació y llevó fruto a ciento por uno.”
Semilla: Palabra de Dios
Junto al camino: Son las personas que oyen, pero luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra para que no crean y no sean salvos. Estas van al tormento eterno.
Sobre la piedra: Son las personas que, habiendo oído, reciben la palabra con gozo, pero no tienen raíces, creen por algún tiempo, pero en el tiempo de la prueba se apartan.  Es al desierto que nos conduce el Espíritu Santo y no todos salen de el debido que satanás siempre engaña con sus verdades a medias para confundirnos y apartarnos de la salvación.
Del 100% que escucha la palabra de Dios solamente el
25% será salvo.
Entre espinos: Son las personas que oyen pero luego se van y son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.
Buena tierra: Son las personas que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
*Por sus frutos los conoceréis:
“No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto, pues todo árbol se conoce por su fruto, ya que no se cosechan higos de los espinos ni de las zarzas se vendimian uvas.” (San Lucas 6:43-44)
Conclusión: Entonces el hombre recto, vence al mundo, pasa las pruebas y es salvo.

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