“El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra y, después de nacer, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, nació y llevó fruto a ciento por uno.” Semilla: Palabra de Dios Junto al camino: Son las personas que oyen, pero luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra para que no crean y no sean salvos. Estas van al tormento eterno. Sobre la piedra: Son las personas que, habiendo oído, reciben la palabra con gozo, pero no tienen raíces, creen por algún tiempo, pero en el tiempo de la prueba se apartan. Es al desierto que nos conduce el Espíritu Santo y no todos salen de el debido que satanás siempre engaña con sus verdades a medias para confundirnos y apartarnos de la salvaci ón. Del 100% que escucha la palabra de Dios
El libro nos da varios ejemplos, pero me dispuse a buscar más: - Abigail: mujer sensata, sabia y humilde, que reconoció los defectos de su esposo evitando una guerra. - Ana: Oro a Dios con sinceridad reconociendo su situación de aflicción por no tener un hijo, e hizo voto con Dios pidiéndole un hijo varón diciéndole que lo dedicaría al Señor por todos los días de su vida. - Ana: Mujer profetisa, que vivió siete años con su esposo desde su virginidad, enviudo hacía ochenta y cuatro años, celosa de la casa de Dios, servía de noche y de día con ayunos, oraciones y predicaba siempre a la misma hora a los que esperaban la redención en Jerusalén. - Débora: No sólo era esposa de un hombre de Dios, también era profetisa y juzgaba al pueblo con sabiduría y justicia. - Dorcas (Tabita): Mujer abnegada, discípula que abundaba en buenas obras y limosnas Dios la resucito. - Esposa de Noé: Acredito en él, apoyándolo, mismo cuando nadie quiso creer en el mensaje que predicaba. - Ester
"... os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado." (Juan 16:7-11) El convencimiento del Espíritu Santo opera en tres aspectos con relación al pecador: * El pecado, ya que normalmente la persona común piensa que el hecho de no cometer los pecados más acentuados, tales como robar, matar, adulterar o hacer mal al semejante, es suficiente para estar bien con Dios. El Espíritu Santo actúa en su corazón mostrando que eso es bueno, pero no es suficiente para su salvación. Él desenmascara y reprueba la incredulidad y el pecado, para despertar la conciencia de la culpa y de la necesidad del perdón y el arrepentimiento. * La justicia, ya que el Espíritu Santo convence
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