¿Qué son los demonios?
Los demonios son seres decaídos que buscan afligir a la humanidad y poner en los hombres todos los tipos de enfermedades, desgracia, infelicidad, etc. El hombre es, por lo tanto, el objetivo principal de los demonios pues fue creado a imagen y semejanza de Dios y tiene la capacidad de expresarse a través de sus sentimientos.
Los demonios ansían apoderarse del hombre y, con eso, lograr dos objetivos principales: alejarlos de Dios, arruinando su vida, y utilizándose del cuerpo humano para expresarse en el mundo físico en el que vivimos.
La Biblia describe a satanás como el líder de los demonios. Él era un ángel expulsado del cielo, creado por Dios para una misión noble, y fue ungido como "querubín", siendo el jefe de los demás ángeles y tenía acceso a la presencia de Dios. Era tan hermoso que recibió el nombre de Lucifer, que significa lleno de luz. Era cubierto de piedras preciosas. En el brillo de las piedras, dejaba la sombra de su resplandor, su hermosura y sabiduría lo hacían perfecto. Pero un día se encontró en la iniquidad. El orgullo llegó a su corazón, y anheló ser igual a Dios; quería asumir la posición del Creador y ocupar Su lugar. Para ello, no tuvo dificultad en conseguirse un grupo de seguidores entre los demás ángeles.
Por lo tanto, Lucifer y los ángeles rebelados fueron banidos para siempre de la presencia de Dios. Todo el sentido de bondad, de amor, de paz y benignidad, fue olvidado dando lugar al odio, a la maldad y a la destrucción.
Cuando Lucifer fue expulsado del cielo, llevó con él el grupo de ángeles rebeldes. Lucifer se convirtió en el diablo, y los ángeles vinieron a ser los demonios, eso porque no se detuvieron, hasta hoy están tratando de destruir todo lo que es de Dios y utilizan los cuerpos de los hombres para llevar a cabo sus intentos malignos. Como no tienen cuerpo, utilizan los cuerpos humanos para realizar sus obras destructivas.
Ellos usan los cuerpos como les plazca. Ellos se hacen pasar por guías de luz, espíritus de familiares que han muerto, médicos, profetas, exus, caboclos, etc ..
De esta manera ellos logran entrar a la residencia de personas importantes y también en las casas más humildes, llevando la mentira, el engaño y la destrucción a todas las personas que no tienen a Jesús.
Actúan en el ámbito de la religión, de la ciencia, provocando miseria y dolor; tienen placer en el sufrimiento y en la desgracia; encaminan a los hombres a hacer todo lo que provoca repudio a la santidad de Dios. Los vicios, los juegos de azar, la prostitución, el crimen, el robo y todo lo demás que atenta contra el carácter de Dios, son prácticas comunes a los demonios, que se empeñan en mantenerlas entre los hombres, desgraciando a la sociedad.
Gracias a Dios por Jesucristo, que venció todas las potestades malignas y nos dio condiciones de, en Su nombre, hacer las mismas obras. Los que rechazan la soberanía de Dios a través del Señor Jesús son presa fácil de los espíritus demoniacos, pero aquellos que buscan liberarse de las garras del diablo tienen en Jesús la certeza de la victoria.
En nuestras iglesias, miles de personas reciben liberación y sanación a través de la oración de fe. Personas que han servido a los demonios durante muchos años, hoy están sanas, felices y llenas de fe, gracias al poder del Señor Jesús obrando en sus vidas.
La Biblia describe a satanás como el líder de los demonios. Él era un ángel expulsado del cielo, creado por Dios para una misión noble, y fue ungido como "querubín", siendo el jefe de los demás ángeles y tenía acceso a la presencia de Dios. Era tan hermoso que recibió el nombre de Lucifer, que significa lleno de luz. Era cubierto de piedras preciosas. En el brillo de las piedras, dejaba la sombra de su resplandor, su hermosura y sabiduría lo hacían perfecto. Pero un día se encontró en la iniquidad. El orgullo llegó a su corazón, y anheló ser igual a Dios; quería asumir la posición del Creador y ocupar Su lugar. Para ello, no tuvo dificultad en conseguirse un grupo de seguidores entre los demás ángeles.
Por lo tanto, Lucifer y los ángeles rebelados fueron banidos para siempre de la presencia de Dios. Todo el sentido de bondad, de amor, de paz y benignidad, fue olvidado dando lugar al odio, a la maldad y a la destrucción.
Cuando Lucifer fue expulsado del cielo, llevó con él el grupo de ángeles rebeldes. Lucifer se convirtió en el diablo, y los ángeles vinieron a ser los demonios, eso porque no se detuvieron, hasta hoy están tratando de destruir todo lo que es de Dios y utilizan los cuerpos de los hombres para llevar a cabo sus intentos malignos. Como no tienen cuerpo, utilizan los cuerpos humanos para realizar sus obras destructivas.
Ellos usan los cuerpos como les plazca. Ellos se hacen pasar por guías de luz, espíritus de familiares que han muerto, médicos, profetas, exus, caboclos, etc ..
De esta manera ellos logran entrar a la residencia de personas importantes y también en las casas más humildes, llevando la mentira, el engaño y la destrucción a todas las personas que no tienen a Jesús.
Actúan en el ámbito de la religión, de la ciencia, provocando miseria y dolor; tienen placer en el sufrimiento y en la desgracia; encaminan a los hombres a hacer todo lo que provoca repudio a la santidad de Dios. Los vicios, los juegos de azar, la prostitución, el crimen, el robo y todo lo demás que atenta contra el carácter de Dios, son prácticas comunes a los demonios, que se empeñan en mantenerlas entre los hombres, desgraciando a la sociedad.
Gracias a Dios por Jesucristo, que venció todas las potestades malignas y nos dio condiciones de, en Su nombre, hacer las mismas obras. Los que rechazan la soberanía de Dios a través del Señor Jesús son presa fácil de los espíritus demoniacos, pero aquellos que buscan liberarse de las garras del diablo tienen en Jesús la certeza de la victoria.
En nuestras iglesias, miles de personas reciben liberación y sanación a través de la oración de fe. Personas que han servido a los demonios durante muchos años, hoy están sanas, felices y llenas de fe, gracias al poder del Señor Jesús obrando en sus vidas.
Obispo Edir Macedo
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