Un Coco Wash

Después de que me convertí, me acostumbré a escuchar a antiguos amigos y familiares diciendo que yo había sufrido un lavado de cerebro en especial mi padre le llama coco wash… Más allá, imagino cuántos escucharon y aún escuchan algo así.

¿Y saben qué? ¡Ellos tenían razón!

Antes de conocer al Sr. Jesús, yo hacía, pensaba y decía muchas cosas horribles!!!

¿Y entonces, qué tal quieres un coco wash?
Era muy infeliz, no por fuera, sino dentro de mí. Por fuera siempre estaba sonriendo, por dentro siempre llorando. Eran muchas heridas y rencores, personas que no podía ni quería perdonar. Era mucha tristeza, mucha culpa, muchas cosas malas…

Después de convertirme, bautizarme y de tener un encuentro con mi Dios…

Las cosas horribles que decía y sentía desaparecieron, fueron borradas poco a poco.

Las heridas y rencores fueron disminuyendo ¡hasta que aprendí a perdonar!

La antigua yo fue redimida, dio lugar a una nueva persona, mucho mejor y verdaderamente feliz.

Es que sí ¡ellos tienen razón! Fue un verdadero lavado, no sólo cerebral, ¡sino en general!

¿Y saben qué?

¡No existe nada mejor!

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