Alcanzando las promesas

"Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.
Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa." (Hebreos 6:10-15)

Abraham es uno de los mayores ejemplos de fe. No realizó ningún milagro. Pero su firme dependencia de Dios lo convirtió en el padre en la fe de los que hicieron grandes milagros.

Su fe no estaba apoyada en hechos extraordinarios. Pero sí en la perseverancia de la dependencia diaria del Altísimo.

La única señal que Abraham recibió de Dios, de que sería padre de numerosas naciones, fueron las estrellas y su palabra.

Basta observar las estrellas durante la noche, las mismas que vio Abraham. Y como dios habló con él a través de ellas, lo hará también con usted.

Ellas se mantienen firmes en el cielo, no sólo para ser admiradas, si no, sobre todo, para atestiguar que las Promesas del Dios de Abraham se cumplen hoy, de la misma forma en la que se cumplió en el pasado.

Ellas sirvieron de señal para Abraham y continúan sirviendo de señal para quien crea.

¡Que el Señor Dios de Abraham abra nuestros ojos espirituales para ver sus señales!
Porque paciencia es la que nos hace falta para permanecer firme en su presencia.
Señor libranos de nuestras debilidades para no caer.
Pues su palabra es la cual tenemos como segura y firme ancla del alma,
para guardar nuestra salvación por nuestra fe en su infinita misericordia. Amén

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