¿Cómo miras?
Un gran ejemplo de una mujer de Dios Es posible que no tenga ropa cara. Es posible que no tenga propiedades a mi nombre ni riqueza en el banco (Como misionera eso hace parte de mi sacrificio). Es posible que no tenga un lugar permanente para vivir o derecho a elegir a donde voy… Es posible que no tenga un diploma, por el hecho de que entregué mi vida para servirlo en el altar cuando aún era muy joven. Es posible que no pueda ver a mi amada familia o mi lindo país con frecuencia. Es posible que no escriba o hable correctamente. Es posible que no siempre me sienta orgullosa de lo que pienso o digo. Es posible que al mirarme en el espejo, no me agrade 100% lo que veo. Es posible que hable, vea y sienta cosas de las que muchas veces me arrepienta… pero me considero una de las personas más felices y realizadas en la faz de la tierra, ¿y sabes por qué? No es por mí, sino por Él! Él es mi aire, mi alegría, mi fortaleza, mi mejor amigo, mi primer amor, mi motivación, mi inspiración